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jueves, 27 de marzo de 2014

EL ESTIGMA

Hay vocablos que definen procesos y marcan  por si mismos a un individuo, una entidad, un colectivo... Una de estas palabras es estigma.
La mala fama se hace resistente aún más si se impregna de connotaciones sociales y falsas creencias, de impactos visuales negativos, de bulos sinsentido.
Cuando  un centro educativo tiene un  estigma, una señal, una marca, difícilmente podrá evitarla porque los fundamentos  de su razón de ser en la mayoría de los casos  no tienen validez y, mucho menos, defensa ante una población que "cree" que ese sello es inevitable, sobretodo porque desconoce la realidad del propio centro; Aunque  pasen los años el estigma persistirá, esa es una premisa inevitable , indeseable y casi ineludible, por muchos esfuerzos que se haga para cambiar esas inercias.
En  la escolarización , un  momento clave del devenir de un centro,este hecho se constata y se visualiza: Hay colegios que tienen una demanda que sobrepasa en mucho  a la oferta de plazas y otros que ni siquiera llegan a cubrir la mitad de las mismas, estando unos de otros separados apenas 800 metros. Literalmente los padres se enfrentan por conseguir plaza en un centro saturado  al mismo tiempo que huyen de un centro del que han oído que es malísimo, sabiendo solo de ambos colegios lo que han oído, lo que le han dicho , lo que se rumorea....

Da igual que ese centro malísimo tenga un excelente equipamiento, una plantilla que trabaja bien y por proyectos, que los resultados del alumnado que ha pasado al instituto sea muy bueno, que las evaluaciones externas hayan sido excelentes en todas las áreas, que cuente con  una ratio de 20 alumnos por aula, que ofrezca todos los servicios para conseguir una cómoda conciliación familiar.  Esa realidad interior , aunque se proclame a los cuatro vientos, no traspasa los desvencijados y feos  muros del centro, las familias son "fieles" a las creencias de que este centro es "malo" sin saber por qué, quizás porque tenga extranjeros ( los otros ahora  también) , quizás sea porque tiene niños gitanos (los otros ahora  también) , o a lo mejor porque exteriormente es mucho más feo que el otro colegio que está mimado por el ayuntamiento y le ha puesto hasta unos macetones con  flores preciosas... no lo entiendo y por eso existe el estigma, porque no se entiende, ni hace falta entenderlo: Solo se supone.

Situaciones como estas me indignan y me superan, sobretodo cuando  los padres ejercen  presión hacia la administración para que aumenten las unidades en esos centros con alta demanda en detrimento de la supresión de las aulas en colegios estigmatizados o, lo que es más grave, admitiendo el aumento de ratios, !! hasta 29 alumnos por aula!!,  con el consentimiento y aprobación de unos padres satisfechos por haber escolarizado a su hijo en aquel centro, en perjuicio de la calidad de la enseñanza y de la convivencia. En este caso también da igual lo que ocurra dentro del centro, como sea ese centro elegido, porque justificarán  su opción "hablando bien" del mismo aunque no sea así. La situación se perpetua...

Y no podemos hacer nada. Impotentes asistimos todos los años al mismo baile de cierre de fechas, de reuniones para recolocar alumnos y de apertura de puertas a esas familias que nos han elegido de segundo plato en el proceso de escolarización porque en el centro buenísimo no han obtenido plaza. Así es y así lo contamos.

Seguiremos trabajando duro, soñando con una Educación de calidad, viviendo el día a día con decenas de proyectos, conviviendo, sonriendo y satisfechos de realizar una tarea imprescindible para nuestros niños y niñas. Porque el CEIP San José Obrero es único e irrepetible y los que llegan no se van, ni quieren irse. Esa es  nuestra manera de luchar contra el estigma. 

!!No te pierdas este vídeo, dice mucho de como somos!!




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Y el resultado de las Pruebas de Evaluación de diagnóstico de este curso pasado.... !!Seguimos!!!


En comparación con nuestro entorno:














viernes, 14 de marzo de 2014

Comunidades de Aprendizaje,Cultura de centro, identidad y pertenencia.


Últimamente me gusta mirar para atrás, observar el camino recorrido , para confirmar si las decisiones tomadas han sido acertadas.

Me acuerdo cuando charlaba sobre Educación y de otras maneras de enseñar, de llegar a nuestros alumnos, de Comunidades de Aprendizaje, con  mi amigo Eduardo Barrera , primero en el que fue mi centro y el suyo  el CEIP Andalucía, después cuando coincidíamos en viajes, charlas... o en la tertulia dialógica que compartíamos en el CEP  de Sevilla. Recuerdo a Ramón Flecha  en 2009 y  el Proyecto Includ-ED y el torbellino de ideas que surgían ante la posibilidad de implantar el sueño de las Comunidades en el CEIP San José Obrero.

Nuestra comunidad educativa debatió en el curso 2009/2010  esta posibilidad y llegamos a una conclusión: No estábamos culturalmente maduros  para  iniciar el camino  de CdeA con unas mínimas garantías de éxito.
Quizás sea extremo decir que nuestro centro carecía de identidad, pero en cierto sentido no existía la sensación de pertenencia tan necesaria para definir un entorno tan complejo como puede ser el de un centro educativo.

La radical transformación que sufrió nuestro centro desde 2002 hasta 2007 hacía inviable este  proyecto:  En tan solo cinco años pasamos de ser un colegio con apenas niños y niñas de otros países  a tener  el 50% de la matriculación  con alumnado extranjero o de origen extranjero de 28 países , la mayoría  inmigrantes,de un  Censo de 422 alumnos de Infantil y Primaria.


Este cambio requería actuaciones previas inmediatas: Diseño de un Plan de Acogida, modificación de  las  estrategias metodológicas: resiliencia,  inclusión, competencias básicas,   y, sobretodo,  facilitar un buen clima escolar. Ciertamente una tarea ardua  que implicaba la recreación de nuestro centro en todos los sentidos y que afectaba directamente a la  identidad y la  cultura de nuestro colegio.
Estas acciones fueron definiendo nuestra manera de ser como comunidad educativa. Siguiendo a  Max Weber, el concepto de cultura está implícito en su teoría de la “acción dotada de sentido”  donde no utiliza el término “identidad”, pero sí el de “conciencia de comunidad”. (Weber, 1974: 318-322).
Es esta conciencia de comunidad la que comienza a definir  a partir de 2009 nuestro proyecto dándole  continuidad y  sentido. Las familias se comprometen en la Educación de sus hijos y facilitan los aprendizajes, ya sean con su intervención directa ( Un mundo de cuentos) o en el acompañamiento de los hijos . Por otro lado los profesores forman parte activa de la  comunidad , sobretodo en la práctica docente y la relación con las familias  , formándose en el desarrollo de competencias básicas (ICOBAE, Atlántida ) , en aprendizajes cooperativos y colaborativos (Pere Pujolás) , abriendo su campo de acción más allá del conocimiento y de los aprendizajes formales dando paso a la resiliencia y las emociones. Los  términos  convivencia e inclusión  se convierten así en hilo conductor  de toda acción socio-educativa que desarrolla nuestra comunidad . El centro se prepara para acciones futuras: Proyecto Bilingue, Plan de Familia, TIC ...

En 2013-14 podemos afirmar que  tenemos un Proyecto de Centro consolidado: El profesorado  sabe y comparte el rol de docente del CEIP San José Obrero, las familias han adquirido el concepto de "mi escuela" , en E.Infantil trabajamos por Proyecto y se abren expectativas para hacerlo en primaria, el Equipo directivo ya ha hecho su autoformación  en CdeA (!Gracias! Mar Prados). Ahora si podemos decir que  estamos avanzando hacía un nuevo proyecto, estamos en el presente, nos queda el futuro.